Semana en líneas #11

-----------------------------------------------------

Shane inclinó sus piernas y puso la silla sobre dos patas, balanceándose mientras masticaba. -“Pregúntaselo a Michael.”

- No podía hacer eso… -“¿Vas a hacer algo para él?”

- “Si.” Puso la silla sobre cuatro patas otra vez, se pasó la mano por el pelo, que seguía pareciendo un desastre. “No esperes que me ponga guapo ni nada del estilo.”

- “¿Qué?”

- “Lo que tienes es lo que hay.” Le miré, temblando, tratando de averiguar qué estaba diciendo él. “Te voy a llevar a clase. ¿Hoy ibas a regresar, no?”

- “Estás de broma.” Dije secamente. Se encogió de hombros. “Estas bromeando. No soy una niña de seis años a la que su hermano tiene que llevar a clase. ¡Ni hablar, Shane!” 

******

“Shane no es un tipo muy complejo. Si se preocupa por una persona, se pelea por ella. Simple. Lyssa… Lyssa era una chica muy dulce. Y tenía complejo de hermano mayor. Hubiera muerto por ella.” Michael lentamente sacudió su cabeza. “Casi lo hizo. De todas formas, la cosa que es Lyssa tendría tu edad ahora, y aquí estas, atacada por la misma gente que mató a su hermana. Así que, sí. Haría cualquier cosa –cualquier cosa‐ para no tener que pasar por eso de nuevo. Puede que no seas Lyssa, pero le gustas.

 -----------------------------------------------------

Asentí y me quedé junto a la puerta. Había desaparecido mi inicial sensación de miedo, y me sentía estremecido por un deleite más vivo del que jamás había disfrutado cuando éramos los defensores de la ley en vez de sus transgresores. El elevado objetivo de nuestra misión, la conciencia de que era desinteresada y caballerosa, la villana naturaleza de nuestro adversario, todo aumentaba el interés deportivo de aquella aventura. Lejos de sentirme culpable, me regocijaba y exaltaba el peligro que corríamos.

-Watson